Impredecible en la tempestad e ímpetu,
oscuro en la soledad de su compañía,
enemigo en la fraternidad de la gente,
mente en los descarnados encuentros con la muerte,
y solo muerto en los instantes más vivos,
aquel que ve negocios y no amigos,
si ya me conocéis por qué sigues tratando,
de forma cualquiera, tu cadáver me espera.
André Ulloa
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