Lo fanático es,
y no es, aquello que nubla,
aquello que ciega, por su parte,
es solamente aquella sombra;
que proyecta la lumbre de la verdad,
tu verdad misma,
¿porque torcerla tan fervientemente?,
y es que a mí no me importa,
yo no soy peón de tu reino,
mala fama haces y entorpeces,
tus bienaventurados deseos,
encadenándote a este mundo de pobres diablos,
¿no es así fanático?
no eres tú, es el resto culpable...
y aunque luzcas amable,
ni la minúscula chispa de remedo te compone,
es tu cielo o es mi infierno,
cual terreno yerto,
vuelen sesos de tu trajinada cabeza,
y si en ellos refleja,
la sangre de tus compañeros...
nos veremos de nuevo, fanático.
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