viernes, 9 de mayo de 2014

Eternos y fugaces

Las lágrimas tuyas,
fueron el dolor mío,
seré quien siempre sea en ti,
el más maduro o el más niño,
mas nunca olvides así, como fue,
que ocupas mi  memoria,
que tanto pienso, que ya no siento,
los miedos que dejamos ser,
y como fuimos, hicimos de este mundo,
perverso, divertido y carente de tiempo.

André Ulloa

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