Me he deshecho de la fe,
en este mundo marchito las aves que se acercan al sol,
se mueren en el tiempo que no para,
vive siempre que no hay de otra,
siempre hacía delante,
detente para cuando las armas hayan sido reinventadas,
límpiate esas manos con más sangre,
que los heridos tendrán sus lagrimas para secarse,
aplasta al último de la fila,
por tu admisión restringida al grupo de los primeros,
desenvuélvete y crece sin control ni motivos,
siéntete vivo solo con la muerte acechante,
duérmete soñando despertar sin necesidades,
mírate por la mañana al espejo,
odia tu reflejo como odias tu suerte,
recuerda que estás solo,
que respiras por defecto y quieras o no,
juntos, tú, el mundo y yo nos hemos hecho infectos.
André Ulloa
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