martes, 21 de octubre de 2014

El camino de la distopía

Me he deshecho de la fe,
en este mundo marchito las aves que se acercan al sol,
se mueren en el tiempo que no para,
vive siempre que no hay de otra,
siempre hacía delante,
detente para cuando las armas hayan sido reinventadas,
límpiate esas manos con más sangre,
que los heridos tendrán sus lagrimas para secarse,
aplasta al último de la fila,
por tu admisión restringida al grupo de los primeros,
desenvuélvete y crece sin control ni motivos,
siéntete vivo solo con la muerte acechante,
duérmete soñando despertar sin necesidades,
mírate por la mañana al espejo,
odia tu reflejo como odias tu suerte,
recuerda que estás solo,
que respiras por defecto y quieras o no,
juntos, tú, el mundo y yo nos hemos hecho infectos.

André Ulloa

domingo, 19 de octubre de 2014

Mala compañía

Fortuna robada de lingotes de oro,
visitante de ojos heridos,
no llegas en buen instante,
si el momento se perdió y ya no...
quedó vino en la botella,
pero brilla igual por cada estrella,
 que de la noche brinda.

André Ulloa

La desesperación de Nix y Érebo

Amor para la medianoche,
que hoy nocturna muere de ello,
compasión para ella,
que deja los puños y abraza...
                                               el suave viento,
que la rasga y enamora,
mientras sus brazos acunan el deseo,
de extinguir el frío de un abrazo,
para la medianoche el amor,
ella lo necesita todo y nosotros,
humanos que vagamos solos por el páramo,
de sus cielos plagados...
de estrellas solas que brillen cuanto brillen,
podrán jamás tocarse,
o despejado para vernos pecar,
y siempre ahí aún cuando no la miren,
amor para la medianoche,
que hoy nocturna vuelve a vivir,
no quiere morir otra vez y apagarse,
irse como los latidos de los corazones.

André Ulloa

sábado, 11 de octubre de 2014

Insignificancia #1

Hubo alguna vez un tiempo en el que el humo cubría toda la superficie terrestre, y los animales, que se arrastraban todavía, vivían huyendo del invierno, se iban haciendo camino hacía los rincones más inhóspitos de su entorno. Yo, que me largaba por las noches, en una ocasión me retrasé, ya sentía el aire volverse frío entre mis manos, cuando de repente... en aquella ocasión me acogió el invierno, ya nunca más me fui. Las bestias hoy ya caminan, y tal como las conocí, siguen huyendo. En fin, hubo alguna vez el tiempo suficiente para que se agoten las oportunidades del verano. Conforme ellas huyen del invierno, yo me adentro en sus confines helados.

André Ulloa

martes, 7 de octubre de 2014

La dama helada

Tu mano helada que en mi derecha cae,
que brota de un cristal mullido,
y en el fondo tus ojos perdidos sin remedio,
te devuelvo la mano helada, guárdala,
junto conmigo en los reinos de la almohada,
duerme conmigo, que de tu mano nace el universo.

André Ulloa