Trémula suerte

Desencanto fingido del dolor pasajero,

desvarios de congoja que sobran,

a la luna que hoy suspira mil ríos,

se acomodan para verte llorar,

en la cálida sombra que tu luz promete,

mas hoy que mueres, ellos también morirán,

desilusorias góndolas que se diluyen,

sin gondolero ni tu magia tribulante,

siguen solas en los canales de tus bríos,

así como los amabas ellos jamás dejarán de amarte,

tempestad e ímpetu en contracorriente,

ya solo tuya la cúspide de la noria,

el aerosol salpicado por la vida en un: ¡viva tu nombre!,

la más bella que el arte traspapela,

entre los apuntes olvidados de una fría pluma,
en un suelo ebrio una musa por la bruma muerta

es tiempo que la trémula suerte corra de tu ser el ocre,

y el fuego consuma en su dulce agonía,

¿por qué tan febril?, porque la infamia nunca es fácil,

por ser en ti, entiendo volver al tártaro de conocerte.

                                                                                                             Como hace años.

André Ulloa