Alzó la mirada la muerte enceguecida,
por el sol que las nubes agotaban,
no valga la pena un día sin trabajo,
los siguió entonces e inició la marcha,
los seguía despacio y sin esfuerzo,
desinteresada como pálidas sus manos,
caminaba su amarga presencia,
pero la naturaleza que es más cruel,
acercose a robarle de la mesa,
las presas que aún en el mástil conversaban,
y en un movimiento propio de un cometa,
la muerte qué es más cruel,
los tuvo presos en una tempestad repentina,
volar desgraciado vio ella a su amado,
perdiéndose en el ojo de dios...
mismo y gritó resucitando...
el corazón de la muerte que aún lejana...
conmoviose de la escena terrorífica,
y con un golpe de lírica la figura mítica marchó,
a rescatar ahora a quien hace poco hubiese matado.
pero la naturaleza que es más cruel,
acercose a robarle de la mesa,
las presas que aún en el mástil conversaban,
y en un movimiento propio de un cometa,
la muerte qué es más cruel,
los tuvo presos en una tempestad repentina,
volar desgraciado vio ella a su amado,
perdiéndose en el ojo de dios...
mismo y gritó resucitando...
el corazón de la muerte que aún lejana...
conmoviose de la escena terrorífica,
y con un golpe de lírica la figura mítica marchó,
a rescatar ahora a quien hace poco hubiese matado.
André Ulloa